Estamos sólo a sesenta días de las elecciones para renovar los representantes del pueblo en el Congreso de la República y, al parecer, muchos compatriotas no se han percatado aún de las repercusiones que sus resultados pueden acarrear al futuro del país.
Es apenas natural que el descanso de fin de año nos haya alejado un poco de la angustiosa realidad que vivimos. Contribuye a distraer a la opinión de los trascendentales temas que la debiera preocupar, la nociva influencia de unos medios de comunicación obsecuentes con el dadivoso régimen que ha llenado sus arcas.
No están interesados los detentadores del poder y sus cómplices, los congresistas de la coalición gubernamental, en que se profundice el debate sobre los graves daños que a la sociedad han sobrevenido merced al malhadado acuerdo con las Farc y a los 8 años de desgobierno, corrupción impunidad, y desvergüenza , de los cuales son directamente responsables.
Por su parte las Farc, después de haber obtenido, mediante concesión graciosa por parte del “santismo”, lo que nunca habían logrado a través de su accionar violento y terrorista, prefieren continuar con su anacrónica letanía “comunistoide”, para seguir pescando incautos, ahora con la protección del Gobierno y con todas las ventajas sobre los demás movimientos políticos. Se cuidarán sí de llevar a las corporaciones candidatos proclives a su proyecto socialista, que luego impulsen las candidaturas de la izquierda a la Presidencia de la República.
Es hora, pues, mis queridos compatriotas, de tomar conciencia de que cada uno de nuestros votos puede ser definitivo para salvar a Colombia. Abandonemos esa absurda posición de reducir la magnitud del problema a una simple confrontación personal entre Santos y Uribe, y decidamos, con pleno ejercicio de nuestra racionalidad, apoyándonos en las actuaciones de cada aspirante, sobre quiénes merecen nuestro voto. Contribuyamos de manera eficaz a la conformación de un Congreso idóneo y pulcro, que tendrá como misión, en asocio del futuro Presidente, solucionar los siguientes temas cruciales para nuestro futuro y el de nuestros hijos:
1.- La entrega de Colombia al narcotráfico.
2.- El desconocimiento de la Democracia.
3.- La corrupción de todas las ramas del poder.
4.- El propósito de las Farc, en asocio del gobierno, de convertir a Colombia en un país comunista.
5.- La recesión económica y la quiebra del Estado.
6.- El desconocimiento de los valores morales y familiares.
7.- La permanente violación del Estado de Derecho y de las instituciones.
8.- El desmoronamiento de nuestro sistema de Justicia.
9.- La inseguridad en campos y centros urbanos.
10.- El desempleo y la miseria.
En posteriores escritos, nos permitiremos ampliar cada uno de estos aspectos, con la esperanza de aportar claridad a la hora de hacer uso del derecho al sufragio.