El año nuevo trae muchos propósitos, objetivos y metas.
El propósito, el objetivo y la meta debe tener un significado importante o trascendencia para nuestro bienestar, es decir, debe ser tan importante que alcanzar dicha meta genera un aliciente y mejora en nuestra vida. En tercer lugar, debemos tener determinación y resiliencia. La determinación nos ayuda a iniciar el viaje, a tomar el camino. No es fácil empezar y eso lo logra la determinación, pero nada sacamos si iniciamos algo y lo abandonamos. Por esto debemos actuar con resiliencia para recuperarnos de las frustraciones y obstáculos y seguir adelante en el rocoso camino. La receta esta entonces servida para los nuevos propósitos, objetivos y metas del 2018:
metas significantes y medibles y actuar con determinación y resiliencia. Las malas noticias, o buenas, como lo quieran ver, es que nada lograremos si no cambiamos. El cambio genera un universo conspirativo hacia el alcance de las metas, pues genera el dinamismo necesario para crecer en determinación y resiliencia. El cambio es entonces fundamental. Este se da, sobre todo, cambiando la postura ante la vida, viéndola más positiva, pero a la vez saliéndonos de nuestra zona de confort. También se presenta el cambio en las relaciones interpersonales. Las personas por si mismas no cambian, pero sí alguien cambia, saluda, da las gracias, ayuda, etc., las otras personas cambian inmediatamente de actitud.
El que cambia debe ser el sujeto en sí y no su entorno. Así, los propósitos, metas y objetivos del año 2018 serán alcanzados sí se tiene la conciencia del cambio y se logra cambiar desde el interior para proyectar, dicho cambio, con determinación y resiliencia al universo entero. Les deseo, por ello, a todos los lectores de este distinguido periódico que tengan propósitos, objetivos y metas, significantes, alcanzables y medibles, que las persigan con determinación y resiliencia y que al final del 2018 las hayan alcanzado. Feliz año a todos.
Tercio Extra: El estilo de Trump ciertamente incomoda. Es prepotente y arrogante. No obstante, Trump dice y hace en beneficio de los ciudadanos americanos. Se aprobó una reducción de la tasa de tributación de las empresas al 21%. Esto, sumado al dinamismo de sus políticas, resumidas en los eslóganes “América Primero” y “Hagamos a América Grande Nuevamente”, han significado y significarán crecimientos de la economía iguales o superiores al 3%. Ojalá tuviéramos en Colombia una presidencia como la de Trump, en lo bueno y mejorando el estilo, en donde al sector productivo se le den las condiciones para crecer con dinamismo en beneficio de todos los colombianos.