La direccionalidad es la expresión de la moral a partir del ciclo de civilización. La direccionalidad o moral, es de tal importancia y dimensión como la sumatoria de todo el trabajo realizado por la humanidad durante los últimos 12 mil años.
La moral, ha guiado instintivamente a la especie durante miles de años, fue interpretada en diferentes formas, tanto erradas como acertadas. Hoy, podemos perfectamente, darle a nuestro mundo direccionalidad hacia ideales de preservación del medio natural, de la civilización y de la especie. Hoy, podemos darle a nuestro mundo contenido moral, en razón a que tenemos la experiencia, el conocimiento y los recursos suficientes; entonces, ¿cuál es el problema, para que el mundo, no encuentre el camino adecuado, a pesar de tener suficientes recursos naturales y humanos? El problema nace en la dirección, en la cabeza (garantizado, ahí nace); en la cabeza del Estado; de las Naciones Unidas; de la humanidad: de los dirigentes.
Los seres humanos no nos hemos detenido a profundizar en lo fundamental: la moral, al punto que, con el florecer de los recursos materiales, esta desapareció, cambiándose por la Ética, la cual, a mediados del siglo XX, producto de la necesidad de dar normas a la relación social y económica, se impuso en la sociedad (en lo económico, en lo religioso, en las profesiones y, en todas las actividades humanas).
La restitución de la moral o direccionalidad a la marcha humana, es la única tabla de salvación de la especie y su civilización; el éxito o fracaso de la humanidad, será según la direccionalidad en que marche. Se garantiza la direccionalidad, cuando se ha definido por parte de la humanidad, en forma consciente los ideales y necesidades comunes, y que estos beneficien a cada uno y a todos los seres humanos para que direccionen a ellos la acción humana: y a continuación se genera Unidad humana.
Poco a poco la humanidad, acorralada por la necesidad de subsistencia, de preservar la civilización y de abrir el camino del conocimiento global – dialéctico, ha descubierto que sin proyectar el futuro, no puede vivir el presente.
De esta manera constatamos que las cosas complejas, son a la vez sencillas y fáciles de poner en práctica; que las soluciones a los problemas de la humanidad, son viables y, a corto plazo; por lo cual, se hace imprescindible revisar la marcha, proyectar y preparar el futuro. El Sistema Educativo y la juventud del globo, tienen el potencial para implementar este giro y crear una Nueva Cultura Común – Global: Racional.
Las personas jamás destruyen su obra, lo hacen aquellas que no la conocen, porque no fue resultado de su trabajo. Sin una Moral bien estructurada, es imposible construir, a cambio, resulta muy fácil destruir.