La coyuntura que vive el país exige un liderazgo especial y efectivo en el 2018. Se requiere ponderación, pero a la vez la determinación y la firmeza de carácter.
La ponderación es necesaria para unir al país y sus gentes en torno a las ideas que una vez funcionaron y, sin lugar a dudas, funcionarán otra vez: seguridad democrática y confianza inversionista.
El país se dividió en dos, no porque Uribe y el CD polemizaran y fueran contrarios al anhelo de paz, sino porque Santos pretendió alcanzar la paz a través del maltrato a la institucionalidad, hipotecando el futuro del país. Un poco menos de la mitad del país creyó en Santos y su modelo de paz. No obstante, con el paso del tiempo, esa parte del país se ha dado cuenta de que Santos, el alquimista y el jugador de Póker, los engañó. Cual vendedor de humo le vendió al país, y aquellos que votaron SI, ilusiones de paz.
Su fundación “Buen Gobierno” le sirvió simplemente de plataforma politiquera. Su alarde de leal Uribista terminó en la más ruin de las traiciones. Su talante de demócrata terminó en el robo del plebiscito. Así, gran parte del país que creyó en él, hoy en día, se siente traicionado y maltratado.
Esa parte del país se siente además responsable por lo que está ocurriendo, por no haber sido más firmes y haber parado tanto maltrato institucional que desembocó en los exorbitantes regalos a las Farc. Pero no tienen la culpa, fue Santos y su grupo de áulicos, por convicción o conveniencia, los responsables. En este momento se requiere, por lo tanto, un liderazgo que, sin recriminaciones, monte a ese país engañado por Santos y sus áulicos al barco de la esperanza y de la salvación de la patria. Y ello no se hace con condescendencia. Requiere determinación y firmeza de carácter. No se atrae a los engañados por Santos y sus áulicos al modelo de país que quiere Uribe y el CD acomodándose a las circunstancias.
Se requiere diálogo constante con la comunidad, para explicar que el desarrollo y la felicidad se consigue a través de instituciones fuertes y serias, que el Estado no es fuente de riqueza y desarrollo per se, sino árbitro y garante del mercado y de los derechos de cada cual, y que el Estado ayuda y fomenta, pero no subsidia a perpetuidad. Y lo más importante, que el Estado es y está al servicio de 48 millones de habitantes y no es y está al servicio de 7.000 terroristas, sus familias y sus grupos de interés.
No hay duda que la ponderación, la determinación y la firmeza de carácter se reúnen en Carlos Holmes. Sus condiciones personales y su talante son incuestionables. Pero además de ello, la experiencia que Carlos Holmes ha reunido en sus varios años de servicio público y privado lo hace estar listo para el trabajo de Presidente.
Carlos Holmes fue Ministro de Educación y de Gobierno, fue varias veces embajador, fue constituyente en el 91, fue comisionado de paz y fue alcalde de Cali. Eso sin contar su experiencia académica y como Vicepresidente y Presidente encargado de Fedemetal. Así, con la experiencia, que no se improvisa, y sus condiciones personales, Carlos Holmes sería el Presidente ideal para 2018, dada cuenta los difíciles momentos que está viviendo la patria. Estos valores, la ponderación, la determinación y la firmeza de carácter los reúne Carlos Holmes y es esto lo que él llevará, en representación de Uribe y el CD, a la Presidencia de la República, pues para él y para muchos de los que pensamos como él, el Estado se debe a los colombianos de bien y no a los terroristas, delincuentes y narcotraficantes de las farc o el ELN o cualquier otro grupo al margen de la ley, llámese como se llame.