“Las instituciones son las reglas del juego en una sociedad o, más formalmente, son las limitaciones ideadas por el hombre que dan forma a la interacción humana”: estas palabras del Nobel de Economía, Douglass North, nos recuerdan lo importante que es para una democracia, para una sociedad, el respeto por las normas y las instituciones. Ello es contrario a lo que Juan Manuel Santos ha hecho en nuestra democracia al desconocer la independencia de los poderes y la voluntad popular, como quedó demostrado cuando desconoció el triunfo del NO en el plebiscito y como pretende hacerlo ahora al no querer aceptar que el Legislativo, en una votación transparente negó la creación de las 16 circunscripciones especiales, que no eran otra cosa que más curules en el Congreso para las Farc.
Acciones como esas y los hechos sin precedentes que en materia de corrupción afronta el país, fue lo que me llevó durante mi precandidatura presidencial a promover -como primera propuesta- la recuperación de la credibilidad y la confianza en las instituciones, con lucha frontal contra la corrupción, reforma a la justicia y diálogo permanente con la ciudadanía.
No siendo inferior a mi propuesta y a mis principios, cuando el pasado miércoles 29 de noviembre el comité garante del proceso de escogencia de candidato presidencial del Centro Democrático me informó que yo había ocupado la última posición en la encuesta (mecanismo de escogencia del candidato), no dudé en redactar inmediatamente un comunicado de prensa informando al país que respetaba las reglas acordadas y que no continuaría en la carrera por la candidatura, no obstante que el Partido había emitido en la víspera una comunicación en la que se reconocía un empate entre tres de los cinco precandidatos. La mínima diferencia fue suficiente para respetar el acuerdo y la confianza que depositaron en mí el expresidente Álvaro Uribe y los militantes de mi Partido.
En un país en donde difícilmente se honra la palabra y difícilmente se honran los acuerdos, nosotros tenemos que dar ejemplo de respeto, rectitud, ejemplo de unión, y ese era el momento propicio para hacerlo. Hoy Colombia espera que sus dirigentes no seamos inferiores en el propósito de sacar a las instituciones de la crisis en que han sido inmersas por cuenta del desgobierno de Juan Manuel Santos.
Mi invitación a los colombianos es a trabajar desde todos los escenarios para recuperar el respeto por las reglas de juego, por las instituciones, por la autoridad, la Constitución y la Ley. Desde el Centro Democrático, el compromiso es que quien resulte electo candidato a la Presidencia gobernará con un programa único del Partido y todos los apoyaremos; buscando también esa gran alianza con todos los sectores que apoyaron el NO en el plebiscito, para así poder recuperar el rumbo de nuestra Patria, con Mano Firme Otra Vez.