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Viajeros del tiempo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com
¿Se puede viajar en el tiempo? Los científicos, apegados a la demostración, no lo creen; se vive en presente y solo podemos movernos hacia el futuro, a razón de una hora cada hora, dicen. Sin embargo, cuando Einstein presentó su Teoría Especial de la Relatividad, el tiempo y el espacio se fusionaron en un bloque único, y su comportamiento resulta diferente para cada persona.
El ejemplo clásico es que uno de dos gemelos de quince años abandona la Tierra al 99,5% de la velocidad de la luz; al regresar, cinco años después, el viajero tendrá 20 años y su hermano 65. Se puede decir que es un viaje en el tiempo, aunque el tiempo ha transcurrido de manera distinta para cada uno de ellos.
Los agujeros tubulares (de gusano), atajos para viajar en el espacio-tiempo, están previstos en la teoría pero se sabe que, de existir, serían inestables –se crean y destruyen en fracciones de segundos-, muy angostos y cortos como para permitir a un humano moverse a otros mundos, a otras dimensiones. Incluso, si fuera posible utilizarlo, un viajero quedaría atrapado en otro tiempo, mundo o dimensión; ya no podría regresar por el mismo agujero al mismo lugar de partida. Las distorsiones del espacio-tiempo causadas por las ondas gravitacionales, dicen algunos científicos, pueden utilizarse para crear máquinas del tiempo. Los estudiosos predicen viajes hacia el futuro aun cuando no se dispone de la tecnología requerida; digamos que 10.000 años en un año, con un consumo de energía tan exagerado que únicamente la teoría lo permite. Hacia el pasado, aún no se han visualizado las posibilidades, al decir de Stephen Hawkings y otros científicos. 

La dificultad de controvertir experimentalmente ciertas seudociencias (astrología, por ejemplo) le ha dado alas a quienes hablan de viajeros en el tiempo. Circulan por la red fotografías de personas que supuestamente son de otras épocas. Las explicaciones científicas no bastan para convencer a sus creyentes. Interesante es el dejà vu, esa sensación de haber vivido antes el momento actual. El fenómeno, científicamente conocido como paramnesia, para muchos sicólogos no es más que una falsedad de la memoria. Por su lado, físicos cuánticos como Michio Kaku piensan que es el recuerdo de una vibración en otra dimensión. Todo por aclarar en este punto.

En la serie Los Simpson aparecen situaciones que más tarde se cumplirán con rigurosa precisión. Algunos dicen que sus creativos son profetas; otros, que son analistas futurólogos. Pero hay quienes los han catalogado de viajeros del tiempo: dicen que tanta exactitud sería imposible si no se conocieran los hechos previamente a su puesta en escena. De la serie han surgido las llamadas profecías de los Simpson, certeros anticipos de hechos tenidos como improbables al emitirse, como la elección de Trump y su posterior alianza con los presidentes de Arabia Saudita y Egipto, el premio Nobel de Bengt Holmström, la corrupción de la Fifa, la caída del avión del equipo Chapecoense, o la crisis económica de Grecia, además de prever inventos como el reloj inteligente o las videoconferencias con celulares. 

Si de viajes en el tiempo hemos de hablar, Colombia no es excepción. En sí misma, nuestra sociedad parece anclada en la colonia española, más allá de modernas edificaciones o tecnologías avanzadas en algunos campos. La enorme desigualdad socioeconómica, peor que en ese entonces, ha sido un claro retroceso; el pésimo nivel educacional camina de la mano de ese desequilibrio; transportes antediluvianos y ausencia del estado son muestras fehacientes de un mundo pretérito en pleno siglo XXI. Y, los personajes. Moverse a través del tiempo parece normal para ellos y, mezclar episodios, bastante corriente; de la época antediluviana a estos años, de liturgias medievales a rituales modernos sin sutilezas, o discursos rescatados de tiempos oscurantistas. Por tanto, dispuestos a implantar su visión cosmogónica de la Era Mesozoica. Queremos avanzar hacia el siglo XXI, pero tercamente ellos pretenden movernos a través de las puertas de peores tiempos.

Apostilla: Se lucieron Santa Marta y Coldeportes con los exitosos Juegos Bolivarianos realizados en la capital magdalenense. Apoteósica la presentación de los deportistas nacionales, arrasando con títulos, galardones y los podios. Esperemos que los nuevos o modernizados escenarios estén disponibles a nuestros futuros campeones, y que cuenten con todo el apoyo posible para no regresar al pasado. Futuro, pocos ofrecen.