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Mié, Dic

Ética, moral y política

Columnas de Opinión
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Se dice de la ética que es la parte filosófica que estudia la forma en la que nos comportamos en sociedad.
Así mismo, nos lleva a la reflexión de nuestros actos. De la moral, que son los principios, valores o normas que rigen nuestro comportamiento, determina nuestras actuaciones con respecto a lo que creemos que es correcto. Ambas, se ocupan de nuestro comportamiento para calificar si nuestras actuaciones son correctas o incorrectas, buenas o malas. Son ejes fundamentales para la convivencia del ser humano.


La política, es una forma de ejercer el poder con el fin de resolver problemáticas y alcanzar objetivos tendientes a mejorar las condiciones de una sociedad. Yo la defino como una herramienta para servir a la gente, una forma de ayudar a los más necesitados. Nunca un medio para enriquecerse. Pero en la práctica no parece ser así. Esta loable labor se ha desdibujado gracias al mal actuar de muchos gobernantes.

Mientras que la ética y la moral regulan nuestro comportamiento, la política nos gobierna. Las dos primeras van de la mano, se complementan. La tercera, rige nuestro destino como pueblo. Cuando alguno de estos elementos falla, se desequilibra el rumbo de la sociedad, tal cual como sucede en nuestro país.

Nos gobiernan políticos corruptos y como ciudadanos no empleamos la ética para exigirles un comportamiento acorde a los principios morales.

Este es uno de los peores males que nos afecta como nación, nos hemos apartado de la ética y la moral. Aplicamos lo que nos parece la ley del más vivo, solo nos interesa lo que nos conviene, olvidamos que el bien común debe estar por encima del particular.

En nuestro diario vivir, observamos complacientemente, como algunos se roban el turno en las filas, tiran la basura al piso, abren los paquetes y bebidas en los supermercados sin pagar y hasta se esconden para no responder por las deudas.

Comportamientos como estos, reflejan el tipo de sociedad que somos y la calidad de gobernantes que merecemos. Los mismos que vemos solo en época de campañas electorales. Aparecen aparentando humildad, siendo amigos de todos, repartiendo cementos, ladrillos, camisetas y hasta se sientan en la misma mesa a compartir los alimentos. En cuanto salen electos, se olvidan de las promesas y del pueblo que los apoyo para subir al poder.

Esto es normal en la gran mayoría de políticos de nuestro país, lo que no parece coherente es que la gente vuelva y caiga en la misma trampa. La razón es muy sencilla, nosotros mismos no tenemos moral y mucho menos la exigimos a nuestros gobernantes, nos conformamos con el presente sin pensar en el futuro. Para muchos, el tema de la ética es algo aburrido y mandado a recoger, sin tener en cuenta el daño que nos hace la política sin principios morales y ausente de juicios éticos. Mientras ese sea nuestro pensamiento, los resultados serán los mismos: políticos inmorales gobernando a un pueblo hambriento.