El 2013 arrancó a toda máquina por lo que una región con tanto potencial y con tanto por hacer como nuestra Región Caribe, no puede seguir esperando a que le sigan imponiendo su presente y futuro desde el poder central.
A pesar que la dirigencia política, económica y ciudadana de la Región Caribe ha dado pasos positivos en la vía hacia la plena y merecida autonomía territorial (cuestión que fue ratificada democráticamente por medio de la consulta popular conocida como "voto Caribe", masivamente votada en las pasadas elecciones Presidenciales), lastimosamente esa misma dirigencia ha sido pasiva al momento de tomar decisiones claves en lo que concierne al impulso de importantes y necesarios proyectos para que la Costa Caribe pueda recibir la atención que merece por parte del gobierno nacional y reclamar el lugar que le corresponde en el país, en el continente y en el mundo.
Es imperativo que los ciudadanos de la región Caribe, sumados a todas sus fuerzas vivas, cívicas, económicas y políticas por supuesto, propongamos un nuevo enfoque en las relaciones con el poder central, el cual debe estar bien sustentado y justificado en todos los frentes: Político (la consulta del "voto Caribe", la reciente pérdida enorme del mar territorial del archipiélago de San Andrés, la burocracia excesiva y centralizada que dificulta la materialización de proyectos vitales, etc.); Social (la grave situación económica de la mayoría de la población, sobretodo en el sector rural; los bajos niveles educativos en general, la extorsión urbana y el desplazamiento rural, etc.) y Económico (infraestructura deficiente e insuficiente, limitado acceso a los recursos nacionales, etc.); todo lo anterior nos da a los Caribeños ó "Costeños" -como nos llaman nuestros compatriotas del interior-, razones de peso para exigir una reorientación y replanteamiento de la forma en que interactuamos con el gobierno nacional y con las demás regiones de nuestro país, lo cual nos permitirá consolidar nuestro proceso de autonomía (mas No independencia), siendo este un paso necesario para que podamos planificar y decidir nuestro presente y futuro.
Vale la pena recordar que este proceso de reivindicación de derechos de autonomía política, administrativa y financiera que está soportado en el mecanismo conocido como "Descentralización" -creado en la Constitución de 1.991-, debe profundizarse bajo la legalización de un nuevo ordenamiento territorial, lo cual nos dará por fin el estatus de región ó ente territorial autónomo que necesitamos para exigir formalmente nuestro derecho a planificar nuestro propio modelo de desarrollo, con nuestra propia visión y teniendo en cuenta nuestro entorno, nuestras problemáticas y necesidades. La representación política de la Región Caribe (Congresistas, Gobernadores, Alcaldes, organizaciones Ciudadanas, etc.), tiene ese gran reto para sacar adelante ya que sin éste fundamental paso no vamos a progresar con seriedad y contundencia.
Es importante resaltar que la Región Caribe está llamada a liderar y jalonar la nueva etapa de desarrollo de todo el País dado su enfoque gubernamental hacia el comercio exterior, la modernización del aparato productivo, la especialización de mercados y la competitividad; para lo cual se requiere inevitablemente que los centros de producción se ubiquen en las costas por su estratégica ubicación y por simple reducción costos, mientras que los centros de distribución y consumo estarían ubicados en el centro y periferia del país; lo anterior estará articulado con la reactivación del río Magdalena como arteria principal e histórica de comunicación entre el centro y el Caribe, iniciativa que al fin parece que va ser una realidad por la voluntad que tiene el gobierno actual de sacarlo adelante. No puede faltar en esta gran apuesta de país la entrada sin más trabas ni temores del Ferrocarril con trenes modernos, eficientes y competitivos, para que por fin tengamos un desarrollo integral y ojalá equitativo. Los trenes en Colombia No pueden ser sólo para transportar carbón, y los pasajeros y mercancías tampoco pueden seguir transportándose en buses y tractomulas ineficientes y sobre peligrosas vías.
Enmarcándonos en ese nuevo enfoque y visión de país productivo y exportador, podemos aprovechar la coyuntura para proponer de forma consolidada y unida como Región Caribe (los siete Departamentos) la interconexión total de esta zona del país por vía férrea con trenes modernos, el cual podría ser un plan piloto inicial para ser aplicado en las demás regiones. En conclusión, con esta propuesta podemos cubrir dos ambiciosos pero necesarios frentes: primero, materializar y profundizar nuestro merecido proceso de autonomía territorial, administrativa, política, económica y social como Región Caribe; y segundo, impulsar el que podría ser tal vez el proyecto de infraestructura mas revolucionario y trascendental en la historia de Colombia: la reactivación del Ferrocarril como medio eficiente y moderno de transporte de pasajeros y mercancías, lo cual sumado a la rehabilitación del río Magdalena y la ubicación de los centros productivos en las Costas (Atlántica y Pacífica), se convertiría en un modelo competitivo de transporte multimodal sin precedentes.