Sin mayor preámbulo, y en el entendido que ya todos conocemos lo que sucedió con la firma final del Acuerdo de Paz y la petición de “Timochenko” de crear un gobierno de transición, surge la propuesta de hacer un referendo con 7 – 8 preguntas con los cuestionamientos que más han surgido en la mayoría de los colombianos.
Además, recuerdo en la campaña del plebiscito como quienes votaron Sí, decían que votaban Sí, porque a pesar de no estar de acuerdo con unos puntos, el anhelo de paz superaba cualquier obstáculo; es por eso que el referendo es el mejor camino, pues permite que sea el pueblo colombiano, quien decide que considera que debe implementarse del acuerdo, pues en últimas somos el 100% de los colombianos quienes vamos a vivir esta nueva realidad.
Y esto debe entenderlo y verlo bien visto sobre todo las Farc, porque son ellos quienes se van a reincorporar a la vida civil, y para nadie es beneficioso, que lleguen a la cotidianidad con el país dividido entre quienes están de acuerdo en unas cosas y quienes no están de acuerdo, pues se corre el riesgo del no cumplimento de lo ya pactado, pues en un país divido, con unas expectativas de un lado y las otras de otro, el riesgo es quien mayor cabida empieza a tener.
Por ello es sano, que se haga un referendo decisorio en los temas claves que hoy polarizan el país, sobre todo para las Farc, quienes se reincorporan a la vida civil, el Gobierno quien debe velar por el cumplimiento de este acuerdo y para nosotros las personas del común que somos quienes tendrán que vivir esta realidad, y así esta mesa de tres patas, se vuelva una mesa redonda donde todos quepamos, en medio de las discrepancia, sin olvidar los principios que como Estado Social de Derecho y Democrático tiene Colombia, sobre los que se debe velar por el cumplimiento de los mismos.
Debemos recordar que el No ganó, y tiene el mandato constitucional, pues no ganó el Centro Democrático, ni el partido Conservador o los cristianos, gano la voluntad de la mayoría del pueblo colombiano.