Innegablemente, el gobierno del Dr. Juan Manuel Santos difiere en muchas cosas de su antecesor, que se caracterizó por la forma agresiva y muchas veces impositiva en que definía las cosas, basándose para ello, muchas veces, en la abrumadora mayoría en el Congreso de la República que le permitía anular la oposición y gobernar sin controversia calificada, a diferencia de este nuevo mandato en el cual,
las grandes decisiones que afectan intereses de sectores importantes del país, vienen enmarcadas en la sonrisa bonachona del jefe de estado y en declaraciones candorosas de sus coequiperos como las de la Ministra de Educación cuando afirma que en la reforma a la Educación en Colombia no se habla de privatización sino de inversión de recursos privados ¨sin animo de lucro¨ en las Universidades Públicas para ampliar cobertura y mejorar la calidad del ¨servicio¨ ofrecido, sin tener en cuenta que la Educación no es un servicio que se comercializa, sino un Derecho que se defiende como sea necesario.
Otro ejemplo claro es el del proyecto de construcción de un conjunto hotelero en el Parque Tayrona, para lo cual desde el Ministerio del Medio Ambiente expidieron un concepto en el cual afirman que no se tiene información de que en ese sector existan asentamientos indígenas ni riquezas ecológicas ni medioambientales que se vean afectadas si se construye la obra, lo que ha generado un gran rechazo de muchos sectores de opinión a nivel nacional sin que se oiga todavía una posición firme y clara por parte del gobierno sobre este exabrupto, pero si se conoce que el Presidente se reunió con los empresarios constructores del proyecto y recibió de ellos información que le dejó claro que si es viable el proyecto, y entonces la pregunta es , Para qué Ministerio del Medio Ambiente y demás estamentos del ramo si el Presidente recibe la información sobre la que cimenta sus decisiones, que son decisiones de estado, es de los interesados en explotar nuestras posibilidades sin mirar el perjuicio que puedan causarle a nuestros ecosistemas, a nuestros recursos naturales, a nuestros valores culturales y a nuestras poblaciones indígenas.
Recordemos qué, desde su candidatura, el hoy Presidente tenía el proyecto de la Reforma a la Legislación de Regalías, como el as bajo la manga que usan los grandes jugadores, y que, después de alcanzar la presidencia con el apoyo de muchos guajiros, prende la locomotora del Congreso y nos arrebata los recursos de regalías a que tenemos legítimo derecho y sobre los que se cimentan las posibilidades de solución a los macro problemas que nos afectan y que su ausencia, nos empuja a una situación fiscal caótica que nos lleva a una profunda crisis integral de la cual no se vislumbra cómo la vamos a superar.
Como todo buen estratega, la imagen de su gobierno es importantísima, y ahí vemos la razón del tremendo viraje en las relaciones con los países vecinos, el nuevo posicionamiento del país en la esfera internacional, que trata de cambiar la penosa imagen de paraíso de la injusticia social, de la impunidad, del narcotráfico, de los desplazados, del paramilitarismo y muchos otros estigmas que han logrado minimizarse con la nueva política de relaciones exteriores, aunque internamente, las cosas muy poco han cambiado, pero ahora las muestran de otra manera, lo que define una nueva estrategia, de mucho cuidado.