Una vez más, la sociedad riohachera expresa su inconformismo con la forma en que se viene administrando la prestación de los servicios de agua y alcantarillado, y se cita ante el Concejo Municipal al gerente de la empresa Aguas de La Guajira, Dr. Jorge Betancourt para que responda ciertos interrogantes relacionados con la calidad del servicio prestado, con las posibilidades reales de su mejoría al menos ya que su optimización tenemos muy claro que no es posible.
Se presentó una solicitud de información acerca de los convenios realizados con los entes territoriales (Alcaldía y Gobernación) en los últimos cinco años para contratación de obras tendientes a mejorar la infraestructura operativa de los sistemas de acueducto y alcantarillado de la ciudad; se solicitó información sobre el programa que inicialmente se llamó La Revolución del Agua y del cual se esperaba fuera la redención para este inacabable problema, y , con la presencia del señor gerente de la empresa se desarrolló lo que podríamos llamar la primera parte de este extenso y escabroso tema de tanta importancia para la ciudadanía.
De las respuestas del señor Betancourt se desprende una realidad deplorable como fruto de la administración de estos servicios en manos de esta empresa, y lo que se vislumbra como realidad futura inmediata dista mucho de ser la panacea que nos vendieron como solución a esta problemática a través del endeudamiento de los entes territoriales con el Banco Mundial en una impresionante cantidad de millones de dólares que hoy se nos muestra como una inversión más en ese inmenso e inacabable foso que ha devorado tantos recursos de tantas administraciones sin que se llegue a asomar siquiera una posible solución a este gran problema.
Hoy, se nos dice que el programa de aguas nacido del proyecto de La Revolución del Agua, no es suficiente, tampoco, para llevar agua continua y de calidad a los riohacheros, que estos recursos tampoco son suficientes para dotar de infraestructura sanitaria de acueducto y alcantarillado a los centros poblados de La Guajira, que solo servirán para resolver en parte, otra vez, el problema de saneamiento básico en Riohacha y el Departamento, que la pignoración de lo poquito que nos quede de regalías durante muchos años tampoco va a ser la solución para este cuento de nunca acabar que ha sido bandera de mil campañas y fuente de recursos para toda una secuencia de corrupción y cinismo por parte de muchas de las administraciones anteriores, que la fiesta sigue.
Que esta empresa que con tanto lujo de detalles ha incumplido con todas las metas trazadas y aun con las no trazadas seguirá al frente del manejo de los multimillonarios recursos emanados de esta nueva fuente de ingresos con la misma justificación de siempre; que su condición de ilegalidad desde el momento mismo de la firma del convenio con el municipio que le dio vida administrativa y sus falencias consuetudinarias en el desempeño de sus labores administrativas que conllevan a la prestación de un pésimo servicio de acueducto y uno peor de alcantarillado no han sido valoradas en su justa dimensión por quienes se han encargado de definir quienes y de qué manera van a administrar estos valiosos recursos en los cuales ciframos una esperanza de solución los riohacheros que aun queremos a Riohacha, y se habla de su continuidad en el convenio y por tanto en la manguala que ha venido sosteniendo con la clase corrupta que hasta hoy ha encontrado en el tema del acueducto y alcantarillado una fuente inagotable de ingresos para saciar de ella parte de su desmedida voracidad. Pero, tenemos que hacer algo, al menos debemos seguir denunciando estas irregularidades sostenidas en el tiempo y el espacio con la esperanza de que algún día reaccionen nuestras autoridades y/o los entes de control, si eso es posible, aunque ello pareciera llover sobre mojado.