El 2 de octubre de 2013, se cumplen ciento ochenta y cinco años de la muerte del Almirante José Prudencio Padilla López, el más grande prócer guajiro, connotado héroe de la batalla naval del Lago de Maracaibo, en la cual se abrió la senda del proceso libertario de la Gran Colombia Bolivariana, al cercenarle a los españoles el poderío naval que en ese entonces perfilaban ingresar a través de las vías fluviales hasta el interior del país en donde las fuerzas patriotas serían inferiores en número y en logística militar para enfrentar el empuje arrasador de los colonizadores.
Marino de vocación, hijo de padre mulato y madre nativa guajira, se enroló a temprana edad como ayudante de oficios varios en los barcos de guerra que llegaban a los puertos de la entonces Nueva Granada y en ellos desarrolló todo el esplendor de su astucia nativa al tenor de la formación militar, naval y en cultura de la época que recibió en sus lides marineras, llegando a escalar posiciones de relativa importancia como marino y a participar en batallas navales de trascendencia como la de Trafalgar, y luego fue preso como prisionero de guerra para desde ahí retornar a su Caribe y participar activamente en el proceso de emancipación de su patria.
A él debemos acciones heroicas en el periplo libertario, acciones que le ganaron adeptos, y también enemigos que veían en él un formidable contendor potencial en las esferas de poder y que conspiraron desde las frías latitudes capitalinas para acabar con su vida y estigmatizar so obra libertaria, pero, la dimensión del héroe era tal que no pudieron completar su tarea; acabaron con su vida mediante un montaje fatal en el cual utilizaron al Libertador Simón Bolívar mediante la acusación de traición a la patria e insubordinación y conspiración en contra de su propia vida para que este ordenara su fusilamiento al tenor de las leyes vigentes en su momento, lo que el mismo libertador reconoció como su más grande error en documento manuscrito posterior a la muerte del héroe, el que luego fue reconocido por la historia y, mediante Ley de Reivindicación, le fueron restablecidos sus honores y su gloria militar, y se ordena izar el pabellón nacional a media asta como señal de duelo en la luctuosa fecha de su muerte.
Para nosotros, los guajiros, el Almirante José Prudencio Padilla López significa el ejemplo a seguir por nuestras nuevas generaciones, el ejemplo de que se puede luchar por nuestros sueños y que todo es posible si tenemos el tesón y la fuerza necesaria para convertirlos en realidades. En las condiciones del joven pardo fruto de un hogar de difícil situación económica, sin ninguna posibilidad de ingresar a la marina de guerra ni recursos siquiera para intentarlo, él soñó con la grandeza del héroe y luchó por sus sueños enfrentando toda la maraña de dificultades y obstáculos que comenzaban desde su propio hogar hasta llegar a escalar las más altas cimas de la gloria y ser reconocida por la historia como el más grande prócer de la marina de guerra colombiana, cuya escuela principal hoy lleva su nombre, al igual que la fragata de guerra insignia de la fuerza naval colombiana. Gloria al héroe y paz en su tumba.