Nuevamente, la minería “irresponsable” pretende dar un zarpazo a la riqueza natural de la Guajira, esta vez, en el sector de los Montes de Oca, zona de gran biodiversidad y en donde residen muchas especies en vía de extensión, amén de ser cuna de las cuencas hidrográficas en las que nacen el rio Carraipía y varios arroyos de singular importancia para nosotros porque de sus aguas se nutren los municipios de Maicao y Albania, al igual que muchos asentamientos indígenas ubicados en el are de influencia de esas corrientes de agua, algunas de las cuales van alimentar con sus aguas el cauce del gran rio Ranchería.
De acuerdo a información aportada por el investigador Guajiro Fredy Gonzales Zubiría, el proceso de este nuevo intento de atropellar los intereses básicos de la comunidad guajira se inicia cuando la transnacional Pacific Rubiales, presenta ante la corporación de desarrollo de la Guajira una solicitud de autorización para exploración en la Serranía de los Montes de Oca, que le fue negada por la corporación fundamentando se en que los Montes de Oca fueron declarados Reserva Forestal desde 2008.
En muchos estudios está considerada una zona de gran biodiversidad con presencia de muchas especies valiosas y algunas de ellas en vía de extinción, todo lo cual está plasmado en el libro que sobre este tema publicó la corporación con gran lustración e información detallada sobre cada componente de esta gran despensa natural, y posteriormente, aparece la Directora de Parques Nacionales Naturales, Dra. Julia Miranda Londoño, emitiendo en mayo de 2013 un concepto por demás sospechoso y muy oportuno para los intereses de la transnacional que afirma que Los Montes de Oca.
Cinco años después de haber sido declarados Reserva Forestal, no cumplen con los requerimientos para ser área protegida, “porque no existe información suficiente para verificar el cumplimiento de los atributos de biodiversidad”, lo que deja, casualmente, sin piso la negativa de Corpoguajira a autorizar la exploración a la transnacional y deja abierta las puertas para que la fatídica locomotora minera arrase con nuestro bastión de biodiversidad, con las cuencas hidrográficas en las que nacen las corrientes de agua que nutren a Maicao y a Albania, y a los asentamientos indígenas del sector.
Todo ello enmarcado en una arrasadora campaña publicitaria plena de desinformaciones que apuntan a justificar lo injustificable en las “labores productivas” de estas macro depredadoras que gastan miles de millones en presentar espinas como rosas y convertir sus negruras operativas en paisajes plenos de promesas falsas y realidades utópicas con las que acometen a las comunidades hasta alcanzar sus metas dejándonos luego los huecos estériles, el agua acida y las tierras inservibles durante décadas en donde antes existieran paraísos exuberantes pletóricos de vida, en donde nuestras especies en vía de extinción encontraron su refugio y en donde nace la vida en forma de agua para las sedientas comunidades guajiras.
A través de una vinculación entre los abogados de la transnacional, entre ellos el Dr. Néstor Huberto Martínez, ex ministro del gobierno Samper y el Dr. Juan Carlos Esguerra, también ex ministro del gobierno Samper, compañero docente del Dr. Martinez en la Universidad Javeriana y esposo de la Directora de Parques Nacionales Naturales de Colombia, Dra. Julia Miranda Londoño, se produjo el proceso de desprotección de nuestra Reserva Forestal, siendo esta entidad que se creó para proteger nuestra biodiversidad y nuestras reservas forestales en Colombia y que hoy, como fruto de estrategias poco transparentes y muy permeadas de influencias negativas que buscan favorecer intereses privados perjudicando los intereses comunitarios de una manera cínica que respira corrupción por todas partes.
Es hora de pararnos en raya en defensa de nuestro patrimonio natural y rodear a la corporación de desarrollo de la guajira en este proceso de David contra Goliat, y debemos pensar desde ya en un plebiscito para decidir si estamos o no de acuerdo con esta nueva locomotora que desde el despunte de su labor comienza a mostrarnos la amenaza en que se constituye su accionar para nuestros recursos naturales, todos por La Serranía de los Montes de Oca, todos por La Guajira.