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Jue, Jun

Qué triste situación

Editorial
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Las imágenes de los venezolanos cruzando la frontera con Colombia, fueron dramáticas y reflejan la verdadera situación del pueblo hermano. Miles de venezolanos cruzaron la frontera con Colombia luego que las autoridades venezolanas permitieron temporalmente el paso peatonal a la ciudad de Cúcuta, tras casi un año de que el mandatario venezolano Nicolás Maduro ordenó su cierre. Terrible.


En las caras de los venezolanos se reflejaba la tragedia que están viviendo, hambre, desesperación y desesperanza. La apertura de la frontera por un plazo de 12 horas se produjo cinco días después que varios centenares de mujeres venezolanas evadieron a los guardias fronterizos de su país y llegaron a Cúcuta para comprar alimentos y medicinas ante el severo desabastecimiento de bienes básicos que sufre Venezuela. Después de varias horas en territorio colombiano regresaron a su país con bolsas con comida y cantando el himno venezolano.

Lo increíble es el cinismo de las autoridades venezolanas, que abren y cierran las fronteras cuando quieran y además el presiente Maduro caracterizó ese acto como un show mediático, supuestamente orquestado por los adversarios del gobierno para generar violencia en poblados fronterizos.

La orden fue clara. El presidente Nicolás Maduro ordenó que no quiere ningún herido, ningún muerto, no quiere show. Fue enfático en afirma que si el domingo se acercara un grupo de personas a la frontera no había problemas como tampoco enfrentamientos, solamente ordenó que el cerco se levantara.

El cruce de peatones se inició poco después de las 6 de la mañana a través de los puentes internacionales Francisco de Paula Santander y Simón Bolívar. La jornada transcurrió pacíficamente hasta el mediodía del domingo y se beneficiaron alrededor de unas 25 mil personas que compraron alimentos y medicinas.

En agosto de 2015 Maduro ordenó el cierre de los pasos fronterizos hacia Colombia a raíz del ataque que sufrieron tres militares y un civil en la localidad fronteriza de San Antonio del Táchira cuando realizaban operaciones de combate al contrabando. Asimismo, las autoridades venezolanas acordaron la deportación masiva de más de 1.000 colombianos sin residencia legal en Venezuela. El cierre comenzó en el estado suroccidental del Táchira y luego se extendió a los estados de Zulia, Apure y Amazonas.

El 6 de julio, el presidente colombiano Juan Manuel Santos encargó a su canciller María Ángela Holguín el diseño de una hoja de ruta ante una eventual apertura de la frontera con el deseo de ver si eso también lo podemos hacer con las autoridades venezolanas, mientras que Maduro el jueves expresó que su gobierno espera avanzar junto con las autoridades de Colombia en la definición de nuevos planes de seguridad para combatir el contrabando y otros delitos que se registran en la región fronteriza de 2.2000 kilómetros.

También la semana pasada en Caracas se reunieron el ministro de Defensa de ambos países y acordaron reanimar la cooperación en materia de seguridad en la frontera, para seguir golpeando fuertemente al crimen organizado. Pero en la frontera, a pesar de los acercamientos diplomáticos, sigue mandado Maduro. Es cuando él quiera.

Existen unas medidas migratorias y un dispositivo de seguridad que estará vigente en los puentes internacionales, para permitir el libre y seguro tránsito binacional y la orden del Presidente Santos es permitir que las madres venezolanas encuentren y lleven todo lo necesario.

Lo que sucedió el fin de semana, fue pasajero y alivió en algo la situación de las comunidades fronterizas, que no deberían estar viviendo esta situación, solamente por el capricho del presiente Maduro en no reconocer que se equivoco con esta medida presidencial.


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