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Escrito por:

Indalecio Dangond Baquero

Indalecio Dangond Baquero

Columna: Opinión

e-mail: idangond@hotmail.com

Esta es la tercera vez que le sugiero al gobierno Duque, sobre la importancia de ejecutar un plan de inversión, incentivos y financiamiento, para incrementar en el 2022 las siembras de cultivos con demanda local e internacional, aprovechando el “Súperciclo” de precios de los comodities agrícolas, que según expertos internacionales durará más de cinco años.

También es la tercera vez que les recomiendo estudiar la posibilidad de construir una planta de producción de Urea para garantizar uno de los elementos esenciales para la nutrición de todos los cultivos y el abastecimiento de dos millones de toneladas de fertilizantes que consumen nuestros empresarios del campo en los ciclos productivos, con el fin de ayudarles a bajar los costos de producción y aumentar los rendimientos de sus cultivos para poder garantizar los alimentos de 50 millones de colombianos.

Este es un tema de vital importancia, debido a los records en los precios y escases de fertilizantes en el mercado mundial. Ecopetrol lo hizo en el pasado y puede volver a hacerlo a través de un Joint Venture con un Traider internacional de fertilizantes. Este problema no se resuelve con una ley que pretenda controlar los precios del mercado. Esta desatinada e inconveniente iniciativa legislativa no resiste una demanda ante la OMC y terminará ahuyentando a la mayoría de las empresas comercializadoras de fertilizantes del país, que ya deben de estar buscando otros mercados en países.

También he exhortado varias veces al gobierno, respecto a  la urgencia de resolver el grave problema de la falta de financiación y la ineficiencia en los tramites de estudio y desembolsos de los créditos al sector primario. El sistema de crédito agropecuario de Colombia se desvirtuó completamente. Es inaudito que, de 20.8 billones de pesos desembolsados entre enero y septiembre de este año, sólo el 20% hayan sido destinados al sector primario. Lo peor del cuento es que los desembolsan cuando el calendario de siembra ya ha pasado.

Claramente, este problema se resuelve si en la próxima reunión de la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario, se establecen para el 2022, los cupos de créditos por subsector agrícola y metas de colocación de crédito a Finagro, a través de recursos de redescuento; al Banco Agrario con recursos propios y a la banca privada con recursos de inversión forzosa. Eso sí, con cupos de respaldo del Fondo Agropecuario de Garantía (FAG) y con un subsidio que cubra un porcentaje de las pólizas colectivas de riesgos climáticos y de cobertura de precios futuros. 

A través de espacio, también he sugerido varias veces al gobierno Duque, la importancia de destinar un presupuesto al Incentivo de Capitalización Rural (ICR) para fomentar: i) la instalación de sistemas de riego con paneles solares; ii) la compra de maquinaria agrícola para mecanización de cultivos; iii) la construcción de plantas de secamiento y almacenamiento; iv) las enmienda de suelos y v) la adaptación de nuevas tecnologías.

Con estas sencillas y prácticas medidas podremos producir más de 14 millones de toneladas de productos como maíz, algodón, soja, arveja, lenteja, garbanzo, trigo, carnes y leche, que estamos importando desde los Estados Unidos, Argentina y Canadá, entre otros países del mundo.

Déjense ayudar, que eso no duele.