52 columnas de opinión anuales haciendo reflexiones y llamados de atención a los protagonistas de la política agraria del país y nada que resolvemos los problemas de este golpeado sector de la economía colombiana.
No hay semana que tengamos alguna noticia que le ponga palos en la rueda al inmenso esfuerzo que hacen nuestros campesinos y empresarios del campo para sacar adelante sus proyectos productivos. Las amenazas y riesgos son el pan de cada día. No hemos salido de los problemas de la caída de productividad que dejó la extendida sequía del fenómeno de El Niño y ya se anuncian embargos de miles de fincas porque el flujo de caja no les permite cumplir con el pago de las cuotas de sus créditos.
Por otra parte, la importación de alimentos con cero arancel, la alta carga tributaria, la inseguridad jurídica en la política de tierras y la pretensión del senador Iván Cepeda, de lograr que la Corte Constitucional hunda la Ley Zidre, tienen a los productores del país muy preocupados y desanimados a realizar grandes inversiones en el sector agropecuario. ¡Un panorama muy tenaz!
Otro palo en la rueda que tenemos en el sector agropecuario es la falta de mano de obra en el campo. El domingo pasado estuve en Filandia -uno de los 12 municipios cafetero del departamento del Quindío-, y cuando caminaba por la plaza principal, noté que en la puerta de la Alcaldía varios funcionarios de la Umata, el comité departamental de cafeteros y de la agencia pública de empleo del Sena -con megáfono en mano-, invitaban a los transeúntes a inscribirse en el programa de recolección de café. De cinco mil que están necesitando, solo se inscribieron unas cincuenta personas.
Les pregunté cuál era el motivo por el cual la gente ya no quería recoger café y me respondieron lo siguiente: acá se pagan $400 por kilo y un recolector puede alcanzar a recoger 150 kg/día, lo que le representa un ingreso diario de $60.000. Las tres comidas solo le cuestan siete mil pesos, o sea que regresa a su casa con $53.000 diarios. El problema es que el programa del gobierno “Familias en Acción” les regala un subsidio mensual y con ese dinero no necesitan ir a trabajar. Por otra parte, más del 60% de los recolectores se han envejecido, no existe un relevo generacional y los jóvenes de las zonas rurales se han dedicado al mototaxismo y venta de celulares. Como van las cosas, en poco tiempo los agricultores remplazarán sus parcelas por fincas de recreo y nos quedaremos sin producir alimentos.
Sería muy lamentable que por falta de planeación en la política de empleo rural, se vaya a perder gran parte de la cosecha de este trimestre y el enorme esfuerzo que la Federación Nacional de Cafeteros ha realizado (en los últimos 10 años) para lograr el incremento de la productividad y la competitividad del sector.
Bajo estos escenarios, es muy complicado hacer agricultura en este país. @indadangond